Hace un tiempo me entró el antojo de hacerme un tatuaje de henna, como el que traen todas las chicas cuando viajan a Marruecos. No fui capaz de encontrar ningún sitio por el centro en el que los hiciesen, conseguí hacérmelo estas vacaciones en Granada en un puesto callejero. Antes de este viaje me planteé hacérmelo yo sola (no tiene mucho misterio, tan solo un poco de práctica) y tras investigar y cometer errores llegué a las siguientes conclusiones: