- 23:55
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Ser periodista y encontrarte en medio de un suceso que es noticia sin quererlo es una combinación explosiva. Esto es justamente lo que me ha pasado a mi hoy. No he pasado más miedo en mi vida. Esta tarde a eso de las ocho y media se oía una fuerte explosión en Atocha. Yo estaba cambiando de andén y lo he visto todo desde arriba, como en una película de acción.
Lo que más me ha marcado no ha sido la explosión en sí. Más bien ha sido ver cómo esa marabunta de gente corría y se apelotonaba en las escaleras. Y no solo eso, los que no podían subir se quedaban arrinconados al final del andén, allí donde comienza el mar de vías. Además, de esto veía gente llorando, con ataques de ansiedad y cotillas. Estas líneas resumen lo que ha sido el minuto después de la explosión.
No hice mucho mucho caso en ese momento a una señora que chillaba mirando a todos lados desconcertada que preguntaba qué era lo que teníamos que hacer: correr o pararnos. Ahora lo pienso y creo que esta mujer representa dos cosas. Uno a mi misma, porque, aunque no lo decía, estaba preguntándome lo mismo. Por otro lado representa la dejadez de Adif, Renfe y la seguridad del lugar.
Desde la explosión hasta que me he ido han pasado algo más de diez minutos. Allí nadie nos ha desalojado, porque si tanta amenaza terrorista hay es lo primero que hay que hacer, nadie nos ha dicho nada por megafonía -de hecho me he enterado qué ha causado la explosión por El Economista- y los de seguridad más pachorra no han podido tener. Mientras, la gente sumida en la confusión y el caos más absoluto. Incluso, los trenenes seguían entrando en la estación hasta un buen rato después. Ni si quiera sé por qué ha salido el tren en el que me he ido de allí ¿Qué protocolo de seguridad es ese?
Afortunadamente todo ha quedado en un susto a pesar de lo aparatoso que parecía en un primer momento. Parece que ha solo ha sido la explosión del motor del regional de Talavera y no hay que lamentar daños humanos, que los podía haber habido perfectamente. En cualquier caso, y reitero lo dicho, se pone en evidencia la mala gestión de Adif en caso de situación de crisis. Es más, me reafirmo en mis palabras tras leer en ABC que Adif ha calificado la explosión como pequeña. Perdonadme, pero me río en su cara. Que le digan lo pequeña que ha sido a la gente que lloraba y tenía ataques de ansiedad.
- 23:09
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Creo que podríamos resumir la política española al dicho popular de "mucho ruido y pocas nueces". Asistimos a un circo mediático en el que los políticos hacen una carrera por ver quién mea más lejos con promesas vagas y vacías. Por no mencionar la corrupción y crisis internas, que son de Oscar. Podría decir que no se libra ninguno, desde el PP hasta Podemos, pasando por el PSOE.
Comenzaré por el partido que ocupa el Gobierno, el PP. Un partido que ha dejado un Gobierno patas arriba, ponzoñoso y hasta las trancas de corrupción. Nos intenta vender que hemos salido de casi de la crisis. A ver señores, cómo se lo explico... Los signos de mejora económica no son la salida de la crisis. Es decir, que como la recesión de nuestros vecinos europeos vaya a más, nosotros nos hundimos con ellos. Y mucho menos se puede hablar de salida de la crisis con la, aún, alta tasa de desempleo. Además, otro de sus puntos clave en el discurso es Pablemos. Quiero decir que nadie va a hacerles mejor campaña que ellos. ¡La de dinero que se va a ahorrar Pablo!
Bueno, vamos a pasar al PSOE. Qué no decir del PSOE, qué despropósito de partido. Son como un pozo sin fondo de desgracias y mala gestión. Por un lado tienen su gran lastre: los ERES, esa "conspiración contra los sindicatos y la izquierda en Andalucía". Já. Luego, tienen sus peculiares rivalidades internas. Pedro, que más que apodarle el guapo deberíamos apodarle el perdido, contra Susanita. La presidenta de Andalucía, una tía que no tiene pinta de saber hacer la o con un canuto tiene aspiraciones de grandeza y lo único que sabe hacer bien es chupar cámara. También está el problema de Tomás Gómez, que a mi juicio tendría que haber dimitido él, por iniciativa propia. Y para terminar no saben ya ni por donde tirar: son de izquierdas, liberales, republicanos pero monárquicos, federalistas, progres pero convervadores.
Pasemos al partido estrella de la temporada: Podemos. Menos mal que ya han dejado un poco de lado el término casta -que me sorprende que Daniel Montero no se haya pronunciado al respecto- porque con el tema Monedero se han cubierto de gloria. Quiero decirle a este señor que hacer una rueda de prensa para "explicar todo" pero luego ná de ná, es hacer el ridículo. Y no dar explicaciones y ponerse como un mártir cuando huele a podrido desde lejos, menos. En cuanto al contenido político, si afirman que su modus operandi sería como el de Tsipras apañados vamos. Su homólogo griego no ha tardado mucho en ceder a la Troika. También es tema de discusión alguna de sus propuestas, como la de pagar la luz a la gente que no tenga recursos. ¿De dónde sale ese dinero? ¿De lo árboles? Y así un largo etc.
UPYD tampoco se libra, porque tener a una líder personalista y chupacámaras no es precisamente bueno. Rosa Díez no se da cuenta de que se está cargando lo que ella misma ha creado, que ya hay que ser imbécil. Podría haber ganado muchos más votos uniéndose a Ciudadanos, lo que denota una falta de visión de - en términos liberales- "negocio". Da que desconfiar cuando algunos de sus miembros dejan del partido, como fue el caso de Maura o Sosa Wagner.
A Ciudadanos es al que menos mierda soy capaz de sacarle pero dadme tiempo. Aunque ya le voy sacando puntilla, por ejemplo su falta de experiencia, que deja a la luz la inocencia de Albert Rivera. Hay alguna de sus propuestas que son un poco descabelladas e ingenuas, por no hablar de cómo piensa cuadrar la caja de la Seguridad Social con algunas de ellas.
Y viendo este panorama, ¿a quién voto yo? Qué despropósito de política española.
- 20:57
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